lunes, 8 de abril de 2013

Proyecto Final


MARIO BENEDETTI. (Paso de los Toros, Uruguay. 1920-2009)
Narrador, poeta, dramaturgo y crítico literario, fue uno de los autores más populares de la lengua española del siglo XX. Su fuerte compromiso político y social, la sensibilidad que mostraba al tratar los tema y la sencillez de su estilo, accesible para todos los públicos, contribuyeron en gran  medida a que fuera tan querido. Benedetti se educó en un colegio alemán y, antes de dedicarse a por entero a la literatura, se ganó la vida como taquígrafo, vendedor, cajero, contable, funcionario público y periodista. Su prolífica obra, que cuenta con más de ochenta libros, ha sido traducida a veintitrés idiomas. Galardonado al premio Reina Sofía de Poesía, el Premio Iberoamericano José Martí o el Premio Internacional Menéndez Pelayo, entre sus títulos más destacados se encuentran las novelas Quien de nosotros, La Tregua, Gracias por el fuego y Primavera con una esquina rota, los relatos Montevideanos, La Muerte y otras sorpresas, Con y sin nostalgia, Geografías y El porvenir de mi pasado,  los distintos Inventarios que recogen sus poemas, los ensayos como  El desexilio  y otras conjeturas, y Perplejidades de fin de siglo  o la obra de teatro Pedro y el Capitán.


Género: Novelas / Ficción y Literatura / Literatura Latinoamericana



Gracias por el fuego, es un libro que nos relata la vida de Ramón Budiño, hijo de un personaje muy importante en Uruguay, Edmundo Budiño, quien a los ojos de Ramón, representa lo peor de Uruguay, de una clase social alta, que tiene mucho peso políticamente.
Ramón comienza a cuestionarse su manera de vivir, de pensar, de actuar de su padre y la suya, la de su hermano, Hugo y hasta la de su hijo, Gustavo, para terminar con la vida de su padre o eso es lo que él planeaba.
Nuestra historia comienza en Estados Unidos, en un restaurante llamado “Tequila”, con una pequeña reunión de Uruguayos que al estar lejos y llevar una mejor vida que en su tierra natal, comienzan a hablar mal de el, a desear no ser de ahí, salvo unos pocos que lo aman de corazón y tienen la esperanza de regresar ahí, una rápida llamada hace creer a estos uruguayos que el Uruguay del que tanto mal hablan ha desaparecido, se ha quedado inundado.
La vida de Ramón era simple, tenía una esposa, un hijo al que quería, un papá, que hasta este momento no se había cuestionado sus acciones, tenía un trabajo del cuál, él era el dueño.
Hace una recapitulación constante de su vida, su niñez que es lo más importante para él, pues en ese entonces, Edmundo Budiño aún era su Papa y no el “Viejo” como le llamaba en su adultez. Pero ¿Cuándo fue que dejó de decirle papá, para comenzar a decirle El Viejo? Fue de niño cuando escuchó una escena, el Viejo le pegaba a su madre, porque ella no tenía ganas de tener relaciones con él, ella usó lentes toda la semana, fue ahí, donde comienza su odio, su resentimiento que hacen que Ramón Budiño comience a odiar a su padre.
Pasados los años, Ramón  se entera de que su padre anda en negociosos sucios y es posible que se revelen y su cae Edmundo, el futuro de su familia sería incierto, por lo que decide tomar cartas en el asunto e ir a reclamarle al Viejo. Edmundo le confiesa que es cierto, pero sabe que el dueño de la información que haría caer su legado no lo haría; Ramón comienza a enfrentar a su padre, diciendo que no es de hombres los negocios sucios, pero Edmundo se defiende restregándole en la cara, que el dinero que le prestó para comenzar su negocio, no fue precisamente dinero limpio.
Desde ese instante, Ramón considera la opción de matar a su padre para vivir mejor, para que Uruguay se libere y él, Ramón, pueda ser “libre”, ser por fin él sin la presión de padre. Pero piensa ¿Cómo? Pues después de todo, él es su hijo y se verían mal los encabezados de los diarios.
El tiempo pasa, y cada vez está más cerca de tomar una decisión, de ser él quien mate a Edmundo Budiño. Sin darse cuenta, lo había contemplado más veces, más veces de lo que se piensa que sería una broma, cada vez haciendo más intenso ese deseo de matarlo.
Por fin el día de la consumación del plan llegó, y sin pensarlo mucho, se va a la oficina de su padre. Pero estando ahí, sentado, esperándolo, esperando que abra la puerta y tirarle el golpe de gracia, se cuestiona si primero lo mata o si es mejor explicarle los motivos de porqué lo hará.
Su cabeza se empieza a quedar sin motivos, comienza a pensar tantas cosas que se pregunta qué sucedería si fuera él, si el cayera del edificio, si fuera él el que se liberara, si nunca más tendría que sufrir con su padre. El revólver con el que piensa matarlo se queda en el escritorio apuntando a la puerta, por donde entraría Edmundo Budiño.

"No puedo matarlo. Todo es más fuerte que yo: El Viejo, los lugares comunes, los tabúes de mí clase, los prejuicios." Entonces su odio apunta hacia otro objetivo, su venganza se repliega contra sí mismo: el Viejo ha vencido una vez más.
Sin embargo, el Viejo triunfa para su perdición. Su arrepentimiento es desproporcionado y tragicómico. El Viejo queda doblado, vencido, caviloso; pero el suicidio del hijo no lo conmueve. A Gloria le repugna esa actitud. Entonces se siente empujada a despreciarlo, a abandonarlo a solas con su rencor. Está harta de él, de ese viejo que sigue tan egoísta, reseco y cínico como siempre. Y ella quiere vivir. "A la mierda con él." Gloria necesita un hombre verdadero que la ame, un hombre que la use toda, en cuerpo y alma, no para apoyo del cansancio de nadie. Él llora en silencio. Gloria finalmente toma una decisión. "Luego suena el portazo."












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